Un enorme sol rojizo
contra la silueta de la Ciudad
—que bosteza desperezándose—
y el cálido abrazo de
la trompeta con sordina
de Miles Davis
en Blue in green, sonando
en la radio
del coche.
Creo que, a mi edad,
por fin,
comienzo a intuir
lo que significa
la expresión
«colores
complementarios».