La vida es una mierda, sí, pero con matices. Es una mierda si la dejamos de su mano. En el universo, es decir, en todo cuanto nos rodea, llamémoslo brahman o lo absoluto, la entropía tiende al infinito. Esto significa que el universo camina hacia el caos, todo tiende al desorden, cada infinitésima subdivisión con que tratemos de imaginar el concepto tiempo el mundo como lo conocemos "funcionará" peor.
Este concepto, aplicado a nuestra vida personal, significa que si nos dejamos caer en la telaraña de la desidia, nos dejamos mecer por el vaivén de la rutina, del inmovilismo, si no tomamos las riendas de nuestra vida, todo se va a la mierda. Actuemos, que cada día sea distinto, que la historia de nuestra vida, el hilo argumental sea el que siempre hemos deseado, que nuestra voluntad de poder prevalezca sobre la entropía y su puñetera madre. Carpe Diem, una y otra vez, no dejemos un segundo que nos arrastre la corriente, nademos hacia donde queramos ir, el hombre es un puente. Tomemos las riendas, persigamos el imposible ("porque de lo posible se sabe demasiado"), vivamos nuestra vida siendo felices. Al final es lo único que queda. Somos el reflejo del sueño de un dios amortajado. Tomemos su lugar.
Este concepto, aplicado a nuestra vida personal, significa que si nos dejamos caer en la telaraña de la desidia, nos dejamos mecer por el vaivén de la rutina, del inmovilismo, si no tomamos las riendas de nuestra vida, todo se va a la mierda. Actuemos, que cada día sea distinto, que la historia de nuestra vida, el hilo argumental sea el que siempre hemos deseado, que nuestra voluntad de poder prevalezca sobre la entropía y su puñetera madre. Carpe Diem, una y otra vez, no dejemos un segundo que nos arrastre la corriente, nademos hacia donde queramos ir, el hombre es un puente. Tomemos las riendas, persigamos el imposible ("porque de lo posible se sabe demasiado"), vivamos nuestra vida siendo felices. Al final es lo único que queda. Somos el reflejo del sueño de un dios amortajado. Tomemos su lugar.