Esta es la primera de una serie de entradas dedicadas al experimento pinaco-literario que llevaba tanto tiempo rondándome la cabeza. Por fin "engañé" a alguien para que se tirara el rollo de pintar mis escritos, y que yo, a posteriori, desconociendo a cuál corresponde cada uno, devolviera las formas y los colores al nivel cognitivo de las palabras. Queda para el futuro una segunda fase creativa, en la que convertiré los mismos en música minimalista a guitarra... algún día. Esta primera entrega está incompleta, puesto que falta el poema de partida, que aún desconozco, pero qué le voy a hacer, siempre fui un impaciente. Gracias a Mareva Mayo por sus pinturas, cargadas de fuerza, rebeldía y vitalismo irracional.
Ala de cuervo, imperceptible, que bate en las tinieblas, baile de rayos, tormenta de dioses furibundos, mientras la dama de fuego pasea sus cabellos que escurren por mi espalda, desnudo entre la lluvia, y los charcos lamiendo mis pies que arden de violencia, el animal desbocado sediento de lascivia. Esta noche vacía que no me cuenta nada, si tan siquiera la luna con sus rayos siniestros mi sueño perturbara.
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