La mañana amaneció despejada aunque fría. El horador tinta sus versos con alprazolam 1mg, regado con café austero y sin azúcar. Halprazolam, haustero, hazúcar.El horador siente el vacío de cada día, como el padrenuestro.
Un alma horadada, acribillada, con tantos orificios que es incapaz de retener los fluidos de la felicidad o la tristeza. Todo el mundo sabe que son fluidos, nadie hay a estas alturas que lo dude, que fluyen a su manera y a su antojo, un fluido negro, otro blanco. El ying y el yang hace ya tiempo que no se dejan ver por el alma del horador. Un alma vacía a la fuerza, las pasiones atraviesan los horificios como los áridos por el tamiz, sólo que en esta criba nunca hay restos. El horador, horadado, es incapaz de contener, continente inútil, algún rastro de ilusión o desesperanza. Nada, vacío, vacuo.
Fingiéndose despreocupado, aunque reticente, se dirige hacia el piano. Se sienta en la banqueta, arpegiando un Si menor, una, dos, tres, cuatro veces descienden las notas, continua en La mayor. Repite la estructura bajando una octava, una, dos, tres veces.
-¿Por qué, por qué este vacío? ¿Por qué poeta solitario?- se interroga el horador.
-Tal vez sea la lección que debas aprender, todo pasa por algo.-espeta sin pensárselo el piano.
-No lo creo.-contesta el horador, sin preocuparse excesivamente por la novedad de estar hablando con un piano-Sencillamente estoy aquí, solo, vacío, pero dudo que pertenezca a un plan preestablecido.
-Tienes que aprender a estar solo porque, aunque lleves así toda la vida, nunca has aprendido nada. Hasta que no asimiles la lección no pasarás de curso, en una dialéctica que entiendas, antiguo profesor.
-No.-renegaba el horador- Buscar razones, causas externas es absurdo, estoy vencido porque estoy vencido, ha surgido así. Si aprendo algo de ello es porque yo quiero, no hay dios, destino ni karma que me traiga por estos derroteros. Es otra vez nuestro ansia de clasificar, de ordenar, de explicar lo que no tiene explicación, relaciones causa-efecto falaces para darle un sentido al desconcierto. No lo tiene. Lo demás es egocéntrico y peligroso.
-De acuerdo, como quieras. Tú sabrás.
Así habló el Piano.
Vamos bien...encontrando caminos.
ResponderEliminarMuy bueno este capítulo. Muy buen diálogo. ¿Por qué, por qué este vacío?
No sabía yo que el alma estaba llena de fluidos...
saludos.
Buen capítulo, Horador ;)
ResponderEliminarGracias CAOS!!! Es fácil cuando el Piano te da los diálogos hechos. Un abrazo
ResponderEliminarPiano, gracias pero la mitad del mérito es tuyo, y gracias también por no desvelar nada posterior, jeje.
je je je...
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