El horador se folla un blues en Re menor, sentado al piano. Y no es tarea sencilla follarse un blues, pero el horador tiene experiencia sobrada en este campo, pues ha follado con la muerte, la soledad y con el viento.
Watching you baby
watching you all the time
-¿Por qué, viejo profesor? ¿Por qué buscas el dolor? ¿Por qué razón nos castigas con este blues? No deberías sumirte en una música tan triste, no.
- Para ser un piano no tienes mucha idea de música-responde ofendido el horador- El blues es un estilo que abarca todos los sentimientos. Puede llegar a ser una de las músicas más sensuales. ¿Sabías que la blue note, responsable de la sonoridad característica del blues, estuvo vetada a los compositores durante siglos por los poderes eclesiásticos, pues incitaba a la lujuria y la depravación, al pecado en una palabra? Uno de mis antiguos profesores siempre contaba este tipo de historias. Llegó a obsesionarse con la sonoridad de lo que él llamaba depravación y miseria hasta tal punto que se volvió loco. Buscaba la autodestrucción como musa, los ambientes obscenos, la muerte como compañera ocasional, y el alcohol como amigo inseparable.
-¿No serías tú ese viejo profesor?
-Quizás en otro plano de existencia, en un extraño background, parte de él fuera yo, y, probablemente yo habría acabado del mismo modo de no ser por mi eterna cobardía.
-Tengo la impresión de que al perder la cordura, tú pasaste a ser el viejo profesor. Debes buscar la salvación o la perdición absoluta de una vez por todas. Él asumió un camino. Busca el tuyo. Deberías probar a asomarte al abismo de unas pupilas de mujer. Dejarte abrasar por el fuego hasta consumirte, por el simple placer de haber ardido.
-No te falta razón en tus desvaríos. Sueño cada noche con unos ojos grises de mujer. No te falta razón.
-Estoy convencida de ello.
Así habló el piano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario