Maniatado, casi roto, deambulando por las esencias del apergaminado somnífero, cativo, irreal, ilógico, irrecuperable. Macilento.
Fatigado ya de todo, recurro al verso, que amarillea como un gamo en verano, que aplaude a pies juntillas mientras recibe en embajada al sumo pontífice de la fealdad, a la oscura intención que regresa con cada estocada. Un laberinto, una condena al minotauro que ha de acechar sus pasos, un nada insigne felpudo en que limpiarse los gatos al salir, con una luna postiza, que siempre sale malparada. Escarnio de candil, luz de las troneras, frío sucinto que recorre el vello de mi pecho, como una escalera hacia la nada, a la imaginación exacerbada, un perro ladrando a la luna es lo que soy, no un lobo, un perro. Amaestrado.
Fatigado ya de todo, recurro al verso, que amarillea como un gamo en verano, que aplaude a pies juntillas mientras recibe en embajada al sumo pontífice de la fealdad, a la oscura intención que regresa con cada estocada. Un laberinto, una condena al minotauro que ha de acechar sus pasos, un nada insigne felpudo en que limpiarse los gatos al salir, con una luna postiza, que siempre sale malparada. Escarnio de candil, luz de las troneras, frío sucinto que recorre el vello de mi pecho, como una escalera hacia la nada, a la imaginación exacerbada, un perro ladrando a la luna es lo que soy, no un lobo, un perro. Amaestrado.
Bello es el dolor, que no decora con falsas formas... no necesita mentiras... no requiere consuelo...
ResponderEliminarMe encantó tu lugar, muy bueno, seguiré leyendo..
Muchas gracias, yo también intentaré echar un ojo de vez en cuando a tu blog, que he visto buen material. El arte no es arte si no es dionisíaco, irracional, sacado de las entrañas, bastardo...
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