como un cuadro de evgeny lusphin
contemplas la ciudad desde el arcén,
hipnotizado
ante la belleza casi mitológica
de esa fiera montaraz, terrible.
la observas aovillarse
entre maternal y somnolienta
y casi hasta extrañas
su abrazo
de monóxido adormecido,
asfixiante,
la misma caricia de la muerte.
Un blog para todos y para nadie (expulsado del exilio de los Paraísos Amnióticos)
miércoles, 14 de septiembre de 2022
la hora azul
la broma
todo empieza, como empieza siempre
como mera tomadura de pelo.
al fin y al cabo, la vida misma,
que dijo el otro, es una broma,
y como tal hay que tomarla.
una broma. y para colmo,
de mal gusto.
el otro, que dijo lo que dijo,
no es otro que robert brasillach,
enemigo de todos, por la izquierda,
por la derecha, por arriba y por abajo,
por delante y por la espalda,
por sus palabras más que por sus actos,
y víctima final de sus contradicciones.
invadida francia por las tropas alemanas,
cuyo ideario compartía abiertamente,
se alistó en el ejército francés para luchar
por su patria, contra sus ideas.
fue capturado por los nazis, puesto
en libertad tras pasar por un campo
de concentración y, ya de vuelta en la zona
ocupada, se dedicó a defender
el nacionalsocialismo con su pluma
corrosiva y despiadada.
tras la liberación de francia
no hubo piedad para él, fue reo
de sus ideas y ajusticiado
por ellas.
ni camus, ni valéry ni cocteau,
que pidieron la anulación de la condena,
pudieron hacer que temblara
la mano implacable de de gaulle
mientras firmaba su sentencia.
en espera de su ejecución, el patriota,
reconvertido ahora en humorista, escribió:
«la vida es una broma de mal gusto;
en vez de centrarte en el “mal
gusto”, céntrate en la “broma”.
si buscas justicia en lugar de tranquilidad
en este mundo democrático, suicídate.
para vivir hoy hay que saber reírse
de la estúpida realidad».
poco tiempo después, un brumoso
6 de febrero del 45
—amanecía en el fuerte de montrouge—
el reo era acribillado
contra las siempre grises y frías piedras
del paredón.
y es curioso que permanezcan
siempre grises las piedras, a pesar
de la ingente cantidad de sangre
derramada. probablemente
haya alguien
encargado de limpiarla, como
un castigo digno de sísifo,
pues la fuente de la que brota
el líquido rubí
nunca se seca.
menuda broma.
martes, 13 de septiembre de 2022
kurt kobain
The sun is gone but I have a light
The day is done, but I'm having fun
I think I'm dumb, or maybe I'm just happy
el sol se ha ido, tras esas casas
que apenas empezaron a vivir
y ya eran cenizas,
nadie habitó sus estancias,
sin llantos, ni risas de niños,
ni abulia, ni desesperación,
sin amor casto, ni pervertido,
despojos, vacío, ruinas.
el sol se ha ido y aquí no hay luz,
otro día se acaba, todo
se acaba, se pudre, colapsa,
esas nubes que pasan,
apenas despojos de la borrasca,
la luna mengua, ovoide,
en su carroza de chatarra
y todo parece encaminarse,
feliz, al otoñal camino
hacia la nada.
lunes, 12 de septiembre de 2022
justicia poética
tiene que molar
la hostia
serlo de verdad
— poeta, digo—
y tener capacidad
de impartirla.
ah, si yo pudiera,
más de uno
se iba a enterar.
Otis Redding
Sittin' here resting my bones
And this loneliness won't leave me alone
It's two thousand miles I roamed
Just to make this dock my home
sentado a la ventana oeste mi estudio
oyendo los perros del vecindario ladrar,
las nubes pasan de largo y se guardan
su lluvia y su bondad de otoño
para otras tierras que no hayan sido
justamente olvidadas por los dioses.
pasan ciclistas, llegan
hasta la glorieta
que da fin al mundo conocido,
—más allá naturaleza indómita—
y vuelven por donde han llegado.
sentado, sin nada más que hacer
que ver pasar las nubes y el día
los días, semanas,
los años,
sin nada más que hacer,
nada
más
que hacer.
poesía de lo cotidiano
si a algo debiera parecerse
la lectura —íntima—
de un poema,
es al eterno milagro
cotidiano
de la lluviadosis terapéutica
el viento acaricia un abedul,
que sonríe a la humedad
después del largo, casi eterno,
infierno veraniego.
los restos de una tormenta tropical
venida a menos
han dejado nubes altas
y unas gotas, pocas,
que caen casi con suavidad
sobre el asfalto.
la esperanza siempre vino
—piensas— como el veneno,
en dosis bajas.
miércoles, 7 de septiembre de 2022
habrá que sentarse
teclear y fingir que
después de las tertulias,
gran hermano,
los anuncios machacones
de la radio,
la publicidad
hasta en las líneas
de tu mano,
el machote que casi
te hace volar
en la rotonda,
el enésimo cambio súbito
de tu horario de trabajo,
de la sincronía
neurótica
de los semáforos,
los tuits infumables
del político de moda,
la moda infame
y la última dieta
novísima
de tu influencer
de confianza.
fingir que después
de todo esto
aún
nos queda algo
en la sesera.