Esta es la séptima de una serie de entradas dedicadas al experimento pinaco-literario que llevaba tanto tiempo rondándome la cabeza. Por fin "engañé" a alguien para que se tirara el rollo de pintar mis escritos, y que yo, a posteriori, desconociendo a cuál corresponde cada uno, devolviera las formas y los colores al nivel cognitivo de las palabras. Queda para el futuro una segunda fase creativa, en la que convertiré los mismos en música minimalista a guitarra... algún día. Esta séptima y última entrega también está incompleta, puesto que falta el poema de partida, que aún desconozco, pero qué le voy a hacer, siempre fui un impaciente. Gracias a Mareva Mayo por sus pinturas, cargadas de fuerza, rebeldía y vitalismo irracional. Pronto resubiré las 7 entradas sinestésicas con los poemas de partida, la visión generada, y el poema final. Espero que os guste.

Hollín,
rescoldo antiguo
extratempóreo,
anémona de distancias.
Coge mi mano, suave
en tus cabellos,
hilo de Ariadna,
destructor del ritmo
y parálisis nerviosa.
Duerme conmigo,
fuente heraclítea,
las horas gotean
tu ausencia dormida.
Déjame empaparme,
mi vida, en el hollín
de tus palabras bonitas.