A Itziar Mínguez
¿A qué mirlo debiera, ¡pardiez!
introducir en mi poema?
¿A aquél primaveral que presagia,
con gorgojos suaves y melódicos,
que la fresca mañana no espera,
o quizás a aquel otro, más audaz,
que escarba en mis macetas
y desentierra, curioso, las semillas
ante mi atónita mirada agraviada?
En fin, el caso es que,
burla burlando, debatiendo
entre poesía elegíaca o anecdótica,
he metido de una vez por todas
a un mirlo en un poema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario