De la tierra del musgo al helicriso,
que cerca nuestros bienes y dominios,
todas las casas un día me habitaron
y las paredes invaden mis recuerdos.
Las maletas te guardan en esencias
los hoteles mudados en reflejo,
esta lluvia que hoy cae ya no es la misma
es el don del que afrenta el sacrificio.
Son las nubes, la noche, tu paisaje
amparados de un próximo horizonte,
desarbolados nudos sedentarios,
nomadismo de rueda, campo y cielo.
Constelación arbórea del retorno,
ímprobo ciclamen resplandeciente,
borceguíes clamando a mis ancestros,
lápida,
túmulo,
tierra fecunda.
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